Ir al contenido principal

La caída de las máscaras...

Esta mañana camino del trabajo escuché la letra de Dani Martín, no sé si es un gran filósofo, pero lo cierto es que sentí que me hablaba de mí... Dice algo así...

Pensé “en la fuerza estará lo mejor”/me disfrace de uno que no era yo/buscando esa firmeza/llegué a un lugar negro/pensé que eso era el valor
Y sufrí de tal manera/por dejar de ser quien era/por pensar que ser cobarde/era ser lo que creyera
Los valientes son los que son de verdad/y los fuertes ni sus guerras/los valientes los que saben llorar/
con la cara descubierta

Me gustó. Tal vez, porque tengo la sensación de que la crisis nos está ayudando a quitarnos las caretas, a volver a la esencia de lo que somos. A mí me enseñaron que soñar era de locos, me dijeron todo lo que no era posible, que llorar era de débiles... Sin embargo, los valores, los esquemas de la sociedad se están rehaciendo. Ahora se busca al hombre auténtico, al que siente y sabe gestionar sus emociones, que no dominarlas, ni controlarlas, ni ahogarlas. Ahora estamos construyendo una sociedad en la que la solidaridad es importante. En la que valoramos los abrazos, en la que nos mostramos vulnerables sin por ello sentirnos débiles. En la que queremos vivir de verdad, sin tibieza ni a medio gas.

Ahora cada uno elige las cosas que quiere "guardar" para emprender el camino y reconstruir su entorno. Yo he elegido la autenticidad, la espontaneidad, la intensidad, las ganas de crecer, el aprender a pedir ayuda y el ayudar, el aprender a gestionar las emociones y a compartirlas con los demás... Me gusta esta crisis que nos está llevando a buscar dentro de nosotros lo que de verdad es importante.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un cuento .... de actitud... con Luis Galindo

Hace unos días en una conferencia con Luis Galindo compartió el siguiente cuento que me encantó. Decía así, a la entrada de un pueblo estaba sentado un viejecito con un bastón. Apareció un caminante, que se detuvo ante el viejecito para preguntarle: "Buen hombre, ¿me puede decir como es la gente de este pueblo?". El viejecito, a su vez le preguntó: "¿Cómo era la gente con la que ha vivido en otros lugares?". Al caminante, se le cambió la cara y repuso: "Las personas con las que he vivido en otros lugares, eran personas complicadas y egoístas, que se pasaban el día comentando sobre la vida de los demás, personas inmaduras y quejicas."  Entonces, el viejecito le contesto: "Pues aquí son iguales." Entonces, el caminante prosiguió su camino.  Al rato, apareció otro caminante. Se dirigió también al viejecito y saludándole , le pregunto: "Buen hombre, ¿sabría decirme como es la gente de este pueblo?". El viejecito, de la misma manera! Le ...

Coaching social

He empezado a estudiar o mejor dicho a vivir una formación para convertirme en coach. ¿A vivir? Sí, a vivir. He encontrado una escuela en la que experimentas el proceso en tus propias carnes para entender después lo que vive tu coachee. No es necesario decir cual, no es una cuña publicitaria.   En los últimos años, se ha hablado mucho de coaching. Durante una época estuvo muy de moda el coaching ejecutivo, muy directo que actuaba sobre las acciones, muy orientado al trabajo a los directivos. ¿Moda de los JASP?  Los modelos han ido evolucionando y yo me estoy formando en el coaching ontológico, un método que afecta a la persona en todas sus facetas. No sé, será porque me cuesta separarme en trocitos y separar mi persona en la que va al trabajo, la que hace deporte, la que estudia, la que está con amigos, me parece que ni puedo ni quiero ser diferente en cada entorno...  Además, tengo la suerte de que ahora lo que está de moda es "no aislar" nuestras facetas ¿no? Pa...

Un viejo cuento indio

Hace unos días, leí en un boletín al que estoy suscrita de José Ballesteros un pequeño cuento que me encantó. Lo comparto Un viejo abuelo cherokee hablaba con su nieto acerca de una batalla que ocurre en el interior de las personas, previniéndole para que, estando alerta, no se dejara llevar por los malos instintos. El abuelo le decía: "Hijo mío, todo ser humano lleva en su interior dos lobos ávidos de ser alimentados y cuya batalla es siempre encarnizada para conseguir alimento. Uno es negro. Malvado. Está lleno de ira, intranquilidad, amargura, impaciencia, maldad, envidia, celos, sensiblería, inexplicable pesar, autocompasión, codicia, avaricia, arrogancia, culpa sin remordimiento, resentimiento, rencor, inferioridad disfrazada de superioridad, falsedades, mentiras, orgullo, negativismo. El otro es blanco. Bueno. Está lleno de amor, gozo, paz, fe, alegría, felicidad, verdad, justicia, esperanza, serenidad, gran paciencia, humildad, reconocimiento y enmienda de errores, sabid...