Ir al contenido principal

Automarginación o discreción

Ayer estuve en una boda. Íbamos a hacer una foto de grupo. Ya se sabe en las bodas fotos de los del cole, de la universidad, de primos, de amigos... y asi van desfilando los distintos grupos. Cada uno de nosotros se siente categorizado dentro de uno de esos grupos, unas veces por querer ser muy protagonistas y otras ¿modestos?
Formamos un grupo de todas las que hacíamos el mismo deporte para hacernos una foto juntas, al fin y al cabo, era lo que nos unió con la persona que se casaba... y una de las personas a las que "llamaron" a la foto, se autoexcluyó por no considerarse del grupo. El razonamiento es que hacía mucho que no lo practicaba. Me sorprendió porque no era la única que había dejado de jugar y, sin embargo, si fue la única que se excluyó por haberlo dejado de practicar. Me hizo pensar en todas las veces en las que, sin razón o ¿por llamar la atención? me he excluido de grupos que no me han marginado... Las veces que si no me mencionan expresamente no me he considerado parte, o incluso en las que necesito que hagan especial hincapié en que cuentan conmigo, porque tengo un mal momento o simplemente porque necesito refuerzo.
¿Me excluyen los que me rodean o me excluyo yo? Me gusta observar como hay personas a mi alrededor que no se sienten de más y otras, en cambio, aunque tengan su hueco, se empeñan en "sentirse de más", en no sentirse parte del grupo y sobre todo en hacer que todo el grupo se de cuenta.
Todavía más curioso porque en este caso, era un equipo no un grupo. Un equipo yo lo definiría como un grupo más cohesionado, más relacionado y ¿como puede ser que un miembro de un equipo se autoexcluya del equipo?

Comentarios

Entradas populares de este blog

Un cuento .... de actitud... con Luis Galindo

Hace unos días en una conferencia con Luis Galindo compartió el siguiente cuento que me encantó. Decía así, a la entrada de un pueblo estaba sentado un viejecito con un bastón. Apareció un caminante, que se detuvo ante el viejecito para preguntarle: "Buen hombre, ¿me puede decir como es la gente de este pueblo?". El viejecito, a su vez le preguntó: "¿Cómo era la gente con la que ha vivido en otros lugares?". Al caminante, se le cambió la cara y repuso: "Las personas con las que he vivido en otros lugares, eran personas complicadas y egoístas, que se pasaban el día comentando sobre la vida de los demás, personas inmaduras y quejicas."  Entonces, el viejecito le contesto: "Pues aquí son iguales." Entonces, el caminante prosiguió su camino.  Al rato, apareció otro caminante. Se dirigió también al viejecito y saludándole , le pregunto: "Buen hombre, ¿sabría decirme como es la gente de este pueblo?". El viejecito, de la misma manera! Le ...

Coaching social

He empezado a estudiar o mejor dicho a vivir una formación para convertirme en coach. ¿A vivir? Sí, a vivir. He encontrado una escuela en la que experimentas el proceso en tus propias carnes para entender después lo que vive tu coachee. No es necesario decir cual, no es una cuña publicitaria.   En los últimos años, se ha hablado mucho de coaching. Durante una época estuvo muy de moda el coaching ejecutivo, muy directo que actuaba sobre las acciones, muy orientado al trabajo a los directivos. ¿Moda de los JASP?  Los modelos han ido evolucionando y yo me estoy formando en el coaching ontológico, un método que afecta a la persona en todas sus facetas. No sé, será porque me cuesta separarme en trocitos y separar mi persona en la que va al trabajo, la que hace deporte, la que estudia, la que está con amigos, me parece que ni puedo ni quiero ser diferente en cada entorno...  Además, tengo la suerte de que ahora lo que está de moda es "no aislar" nuestras facetas ¿no? Pa...

Un viejo cuento indio

Hace unos días, leí en un boletín al que estoy suscrita de José Ballesteros un pequeño cuento que me encantó. Lo comparto Un viejo abuelo cherokee hablaba con su nieto acerca de una batalla que ocurre en el interior de las personas, previniéndole para que, estando alerta, no se dejara llevar por los malos instintos. El abuelo le decía: "Hijo mío, todo ser humano lleva en su interior dos lobos ávidos de ser alimentados y cuya batalla es siempre encarnizada para conseguir alimento. Uno es negro. Malvado. Está lleno de ira, intranquilidad, amargura, impaciencia, maldad, envidia, celos, sensiblería, inexplicable pesar, autocompasión, codicia, avaricia, arrogancia, culpa sin remordimiento, resentimiento, rencor, inferioridad disfrazada de superioridad, falsedades, mentiras, orgullo, negativismo. El otro es blanco. Bueno. Está lleno de amor, gozo, paz, fe, alegría, felicidad, verdad, justicia, esperanza, serenidad, gran paciencia, humildad, reconocimiento y enmienda de errores, sabid...