Ir al contenido principal

Buscar un sitio en el que encajo y no encajar en un sitio

¡Que gran verdad! Volví a caer sobre esta frase ayer en twitter. La primera vez que me di cuenta fue cuando empecé mi carrera profesional, al hacer de los tests de las entrevistas. 
Al buscar trabajo lo que quería era gustar, al conocer a alguien, al hacer mil cosas...al final lo que quería era gustar. Sin embargo, ¿a quien no le ha pasado que después de hacer por gustar a alguien se da cuenta de que a es a él a quien no le gusta esa persona?
De que no me gusta su forma de ver la vida, ni de hacer las cosas, de que no me ayuda, no crezco a su lado, no me potencia... Y entonces me pregunto ¿por que me empeñé tanto en gustarle? 
Igual en un trabajo. Antes de ir a una entrevista, me pregunto ¿qué es lo que tengo que hacer para que me elijan? ¿Cómo puedo gustarles? Sin embargo, ¿he pensado si eso es lo que yo quiero? ¿Si me gustan ellos?
He escuchado muchas, muchas veces, que el hecho de que a alguien le guste lo que hace es una utopía... que hacemos lo que podemos, sobrevivimos, etc. ¿Es eso suficiente? ¿Me vale dedicar casi la mitad de mi vida a algo que "a veces" me permite disfrutar de algunas cosas en la otra mitad?
Para mi no es suficiente, así que me he empeñado no en encajar yo sino en que me encaje en mi forma de ser, en mi forma de ver la vida los sitios en los que estoy. 
Es verdad que hay periodos de transición y de aprendizaje, de esfuerzo, de lucha, de quiebras de la zona de comfort para crecer... ¿pero supone eso dejar de preguntarse si lo que YO tengo ME encaja?
Mi respuesta la tengo clara...

Comentarios

  1. Hola! He encontrado esta pagina por casualidad y me encanta! cuanta energía! Volveré!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Un cuento .... de actitud... con Luis Galindo

Hace unos días en una conferencia con Luis Galindo compartió el siguiente cuento que me encantó. Decía así, a la entrada de un pueblo estaba sentado un viejecito con un bastón. Apareció un caminante, que se detuvo ante el viejecito para preguntarle: "Buen hombre, ¿me puede decir como es la gente de este pueblo?". El viejecito, a su vez le preguntó: "¿Cómo era la gente con la que ha vivido en otros lugares?". Al caminante, se le cambió la cara y repuso: "Las personas con las que he vivido en otros lugares, eran personas complicadas y egoístas, que se pasaban el día comentando sobre la vida de los demás, personas inmaduras y quejicas."  Entonces, el viejecito le contesto: "Pues aquí son iguales." Entonces, el caminante prosiguió su camino.  Al rato, apareció otro caminante. Se dirigió también al viejecito y saludándole , le pregunto: "Buen hombre, ¿sabría decirme como es la gente de este pueblo?". El viejecito, de la misma manera! Le ...

Un viejo cuento indio

Hace unos días, leí en un boletín al que estoy suscrita de José Ballesteros un pequeño cuento que me encantó. Lo comparto Un viejo abuelo cherokee hablaba con su nieto acerca de una batalla que ocurre en el interior de las personas, previniéndole para que, estando alerta, no se dejara llevar por los malos instintos. El abuelo le decía: "Hijo mío, todo ser humano lleva en su interior dos lobos ávidos de ser alimentados y cuya batalla es siempre encarnizada para conseguir alimento. Uno es negro. Malvado. Está lleno de ira, intranquilidad, amargura, impaciencia, maldad, envidia, celos, sensiblería, inexplicable pesar, autocompasión, codicia, avaricia, arrogancia, culpa sin remordimiento, resentimiento, rencor, inferioridad disfrazada de superioridad, falsedades, mentiras, orgullo, negativismo. El otro es blanco. Bueno. Está lleno de amor, gozo, paz, fe, alegría, felicidad, verdad, justicia, esperanza, serenidad, gran paciencia, humildad, reconocimiento y enmienda de errores, sabid...

La responsabilidad de nuestra propia vida / decisiones

La primera vez que escuché que la responsabilidad de la vida de cada uno es de cada uno, me pareció una estupidez. Muchas de las cosas que han pasado en mi vida no las había generado yo. De alguna forma, me permitía exonerarme, no hacerme responsable de las decisiones que había tomado en la vida. Para todas había algún tipo de excusa... Sin embargo, según fue pasando el tiempo, entendí lo que quería decir. El hecho de que yo fuera responsable de las decisiones de mi vida me daba la posibilidad de "decidir" lo que quería hacer con ella y la capacidad de cambiar lo que quisiera en ella. Pasaba de víctima de mi vida y mis circunstancias a dirigirla. Claro, eso requiere voluntad de hacer algo con esa capacidad de hacer cosas. A veces es más fácil "elegir" ser víctima y no responsables de las decisiones que tomamos. Saber que podemos cambiar nuestra vida no nos deja quejarnos. ¿Y tú que quieres? ¿la responsabilidad sobre tu vida o ser víctima de ella?