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No hay como volver a un sitio que no ha cambiado para darse cuenta de lo que ha cambiado uno. Nelson Mandela

Me llamó la atención la lectura de esta frase. ¡Que gran verdad! No deja de sorprenderme de qué manera muchas personas que me "conocen" de siempre no quieren aceptar, procesar, los cambios que se han producido en mi vida. De alguna manera tratan de anclarme, con ellos en el pasado. 
No es tan raro. Al fin y al cabo, he aprendido formas de "resolver", afrontar temas y algunas veces hasta me han funcionado. Resulta "fácil" pensar cuando me funciona que lo he hecho bien y si no me funciona que es culpa de otros. Así puedo justificar repetir las cosas una y otra vez, incluso cuando quiero conseguir cosas distintas. 
No hay que irse, ni volver para darse cuenta de lo que ha cambiado uno... basta con "aferrarse" a los "amigos" de siempre... En nuestra vida, hay que asumir que hay personas, muy importantes en un momento de nuestra vida que después desaparecen... a veces sin dejar rastro, sólo los recuerdos de que estuvieron, como un eco. 
Otras veces los "amigos" de siempre, crecen, evolucionan conmigo... entonces ¡perfecto!
El problema reside en aferrarse a las personas que quise y me quisieron "como yo era antes", pero no quieren saber como soy ahora... no quieren dejarme "cambiar la piel", no quieren dejarme crecer o ir hacia donde yo quiero. 
Recuerdo un libro que leí que explicaba precisamente de qué manera las personas cercanas son, con demasiada frecuencia, las que me hacen dudar de mis capacidades. "Si nunca te has atrevido a ir en barco, ¿como te vas a ir a no sé donde?". "Si nunca se te han dado bien los idiomas, ¿como vas a aprender ingles?"... ¿Y quien dice que nunca se me ha dado bien algo? ¿Y porque no voy a intentarlo?
No vale decir mi sueño es hacer fotografía y no hacer nada para lograrlo... porque aunque sólo sea durante el camino de construirlo, disfrutaré más que haciendo cualquier otra cosa. 
¿Vas a dejar que alguien "mate" tus sueños por miedo a no conseguirlos?


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