Vivir tu ilusión - Vivir tu sueño

Es curioso como ha ido evuluciona nuestra cabeza. De qué manera lo que nos rodea es importante ... o no. Hace unos años, por distintas razones que no vienen al caso, me encontré buscando trabajo... durante más de un año... Hice una observación de todo lo que iba ocurriendo a mi alrededor. Lo separaría en dos partes. Por una parte, las reacciones de las personas que, entonces, tenía alrededor y los aprendijajes que hice.  Las reacciones de las personas eran de lo más variopintas. En aquel momento la economía estaba potente, en la cabeza de las personas no cabía que alguien no tuviera trabajo. Muchas de las personas con las que salía entonces eran VP (Vicepresident) y salían cada lunes y cada martes en Expansión. Y mientras, yo buscaba trabajo... Acompañada de esa gran frase, "No encuentras porque no quieres, con idiomas y con la gente que conoces". Es verdad que a veces, no queremos lo que decimos buscar, otras simplemente no llega a la velocidad que lo esperamos. Muchas de

Una amiga me recomendó este libro "De la guerra a la paz". Me ha encantando... Me ha ayudada darme cuenta muy útil para analizar la forma en las personas se relacionan, de la manera en que yo me relacion con las demás personas. También a darme cuenta, una vez más, del impacto que tienen mis reacciones en mi entorno. Aunque sin darme cuenta, puedo ser, muchas veces, el origen de las reacciones de las personas que me rodean. Hace una diferencia entre la persona-cosa y la persona-persona. Diferencia que me parecía obvia antes de empezar a leerlo. Sin embargo, me ha ayudado a abrir los ojos a situaciones en las que "cosificamos" a las personas y perdemos la perspectiva. Al poner una etiqueta, me separo de la persona y de su historia y la meto en una caja. Las cosas que hace responden a esa etiqueta a partir de ese momento. Me ha gustado como va desgranando los procesos que hacemos, me he sentido reflejada en muchas de las escenas del libro. Lo mejor de todo, es que se l

Me violentan las discusiones... y, también me violenta no discutir. O mejor dicho me violenta no "poder" decir lo que siento o lo que pienso... incluso si me lo preguntan... por la situación que se genera. ¿Te has tomado la carne demasiado pasada por no decirle al camarero que te lo cambiara? ¿o demasiado cruda? ¿No le has dicho a tu jefe o compañero lo que pensabas para evitar discutir? Yo sí. Lo que pasa es que con el paso de los años me he dado cuenta de que eso tiene un coste en mí. Es como una olla a presión... vas aguantando, aguantando... porque no está bien visto quejarse, me callo una, porque las niñas buenas no dicen esas cosas, la segunda, ¿para que voy a discutir por esa tontería? , la tercera... quejarse de esto es de niño pequeño... y así un sinfín de excusas/justificaciones para no decir las cosas que me duelen, que me molestan, que no quiero... y claro la olla al final estalla... En un trabajo, mi jefe me preguntaba como estaba con bastante frecuencia. Siempre