¡Que gran verdad! Volví a caer sobre esta frase ayer en twitter. La primera vez que me di cuenta fue cuando empecé mi carrera profesional, al hacer de los tests de las entrevistas. Al buscar trabajo lo que quería era gustar, al conocer a alguien, al hacer mil cosas...al final lo que quería era gustar. Sin embargo, ¿a quien no le ha pasado que después de hacer por gustar a alguien se da cuenta de que a es a él a quien no le gusta esa persona? De que no me gusta su forma de ver la vida, ni de hacer las cosas, de que no me ayuda, no crezco a su lado, no me potencia... Y entonces me pregunto ¿por que me empeñé tanto en gustarle? Igual en un trabajo. Antes de ir a una entrevista, me pregunto ¿qué es lo que tengo que hacer para que me elijan? ¿Cómo puedo gustarles? Sin embargo, ¿he pensado si eso es lo que yo quiero? ¿Si me gustan ellos? He escuchado muchas, muchas veces, que el hecho de que a alguien le guste lo que hace es una utopía... que hacemos lo que podemos, sobrevivimos,
Busquemos y compartamos las experiencias positivas que nos recarguen de energía, que reconstruyan nuestras ilusiones, nuestros sueños... Aceptando el mundo y desde ahí construyendo un lugar mejor.