Es el título de un artículo publicado en Expansión la semana pasada, creo que del viernes. Me gustó leerlo. Tenemos un vampiro emocional, pero no sólo en la oficina... están por todas partes. Nos rodean. Hablaban de los ladrones de energía de aquellas personas que minan las relaciones con los demás, se pasan el día quejándose, de cualquier cosa, la negatividad aflora en todos los momentos. Otros, con una medio sonrisa, explican cómo hay que hacer las cosas "sin meterse en el barro" claro. Y así, existen muchas personas tóxicas. Me gusta no sacar las "cosas malas" de mí, como si no me afectaran... en la medida en que considere posible que yo también puedo ser tóxica y caer en esos comportamientos, tendré cuidado, sino como a mi no me pasa pues no haré nada al respecto. Las personas tóxicas están en todas partes o mejor dicho podemos estar en cualquier sitio. Soy tóxico cuando me quejo, cuando manipulo las cosas, cuando ataco las cosas positivas... y esno no me ayuda
Busquemos y compartamos las experiencias positivas que nos recarguen de energía, que reconstruyan nuestras ilusiones, nuestros sueños... Aceptando el mundo y desde ahí construyendo un lugar mejor.