Hace unos días en una conferencia con Luis Galindo compartió el siguiente cuento que me encantó. Decía así, a la entrada de un pueblo estaba sentado un viejecito con un bastón. Apareció un caminante, que se detuvo ante el viejecito para preguntarle: "Buen hombre, ¿me puede decir como es la gente de este pueblo?". El viejecito, a su vez le preguntó: "¿Cómo era la gente con la que ha vivido en otros lugares?". Al caminante, se le cambió la cara y repuso: "Las personas con las que he vivido en otros lugares, eran personas complicadas y egoístas, que se pasaban el día comentando sobre la vida de los demás, personas inmaduras y quejicas." Entonces, el viejecito le contesto: "Pues aquí son iguales." Entonces, el caminante prosiguió su camino.
Al rato, apareció otro caminante. Se dirigió también al viejecito y saludándole , le pregunto: "Buen hombre, ¿sabría decirme como es la gente de este pueblo?". El viejecito, de la misma manera! Le devolvió la pregunta: "¿Cómo es la gente de los otros lugares en los que has vivido?". El caminante le dijo: "La gente de los otros lugares en los que he vivido era gente responsable y consecuente con sus decisiones, gente madura, gente que hacia críticas constructivas, que no se quejaba sin mas, sino que actuaba para cambiar cosas." El viejecito, entonces, le dijo: "Las personas que viven aquí son iguales."
Detrás del viejecito, un labriego, que había escuchado toda la secuencia, una vez que el caminante siguió su camino, se dirigió perplejo al viejecito y le preguntó: ¿Como puede ser que ante la misma pregunta la respuesta haya sido tan distinta?".
El viejecito le contestó: "Muy sencillo, porque el mundo que me rodea lo construyo con como lo miro. Si el primer caminante sólo es capaz de ver la inmadurez, las quejas, el egoísmo, etc. allá donde vaya sólo verá eso. En cambio, si el segundo caminante ve la madurez, lo constructivo, la generosidad, etc. allá donde vaya se encontrará con eso."
Y si miro mi vida, los momentos, me doy cuenta de que gran parte está hecha de cómo yo me sentía o estaba en ese momento, si yo quería/elegía/tenía la actitud de generosidad, visión positiva, etc. todo lo veía así. Sí sentía tristeza, egoísmo, etc. lo que me rodeaba reflejaba eso.
Pocas personas hay que el 100% del tiempo sean de una manera, ¿pero qué pesa más en mi?
Comentarios
Publicar un comentario