A veces me sorprende la necesidad que tenemos de hacer categorías, de tener valores seguros, la incertidumbre nos mata. No nos lo han enseñado. Y el que es capaz de moverse en ese mundo como pez en el agua, el que no cumple con nuestros parámetros de equilibrio “es un desastre”.
A veces me pregunto, si el desastre no es lo que yo querríamos ser y no nos atrevemos. Si no es que lo envidiamos, pero no somos capaces de saltar al vacío. Y claro el decir que es un desastre, nos da seguridad, nos permite sentirnos a salvo, porque representa ¿lo que no queremos ser?
Estoy abriendo los ojos. En general, las personas asignan atributos negativos a las personas que dan miedo, porque eligen las cosas y las hacen, a las personas que luchan por lo que quieren porque les ponen delante de la vista lo que no han sido capaces de ser, a las personas que buscan la sonrisa de la vida, porque es más fácil quejarse y no buscarla, a las personas que viven con intensidad porque hacen que se den cuenta de que viven a medio gas, a las personas que les sonríe la vida porque les da inseguridad, a los que se levantan una y otra vez porque les dan un ejemplo que no quieren seguir…que complicados somos.
Lo cierto es que cada vez estoy más segura de que la vida nos devuelve lo que le damos y que nos pone una y otra vez delante las experiencias que no aprendemos hasta que las aprendemos…. ¿Cuántas veces voy a repetir lo mismo sin aprender?
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