Muchas veces, no me doy cuenta de que de cualquier persona pueden enseñarme algo. Cuando me olvido de esto, algo pasa que me lo recuerda...
Hace un tiempo, fui a comprar un cartucho de impresora a una tiendecita pequeña, en la calle Bravo Murillo. Iba contagiada por la "depresión" general de la crisis... Debía leerse en mi mirada, porque la persona que me atendió me preguntó si me pasaba algo...
Le dije simplemente "esta crisis" "Una sensación de tristeza generalizada que me contagia".
Me preguntó si tenía trabajo y si me gustaba el trabajo que tenía. Le dije que sí... "Entonces no puedes quejarte. Yo agradezco todo el tiempo el trabajo que tengo. Los que tenemos trabajo no podemos estar tristes. Nuestra responsabilidad es ayudar a los que no tienen trabajo, a los que tienen más problemas que nosotros a salir del bache. Sólo gano 800 euros."
Me hizo pensar mucho. En realidad, tiene toda la razón... No podemos renunciar a disfrutar del hoy. Y sobre todo, ¿porque me quejo cuando no pasa nada? ¿Porque me dejo contagiar de malas sensaciones en lugar de contagiar las buenas? De alguna forma, para luchar contra eso empecé este blog. Para no dejarme contagiar por lo malo... y contribuir en contagiar lo bueno...
En muchos momentos de mi vida, he sentido tristeza por cosas y cuando han pasado cosas peores miraba atrás y pensaba ¿de esta tontería me quejaba no hace tanto? Hoy intento buscar las pequeñas cosas buenas que cada día me trae, por si mañana no están no arrepentirme de no haberlas disfrutado... No me gusta disfrutar hoy, cosas que no disfruté ayer. No es lo mismo.
Querida amiga he leído tu artículo y me ha encantado, primero no debemos abatirnos por los pequeños problemas que tenemos sin disfrutar nuestro presentey segundo hay que pensar que podemos hacer un futuro mejor. Porque como dijiste en tu artículo el éxito comienza en la voluntad, si no pensamos que podemos seguro que no podremos. Un saludo. Un soñador
ResponderEliminar