Esta semana he visto el vídeo de Emilio Duró, titulado algo así como Optimismo e ilusión. Me ha encantado. Te lo recomiendo como me lo recomendaron a mí.
Llevo toda la semana deseando contártelo y no he tenido ni un minuto. ¿Como es posible que en una semana no sea capaz de encontrar un minuto para hacer algo que quiero hacer? No me gusta que me pase, pero algunas veces...
Hay dos cosas que me han llamado la atención del vídeo.
La primera la capacidad de comunicación y la fuerza de los mensajes. Me gusta escuchar un discurso así de positivo. Una serie de ideas positivas agrupadas para ayudarnos a "construir" nuestra felicidad. Una serie de ideas que ponen todo su énfasis en todas las cosas buenas y que pretenden "ayudarnos" a centrar nuestra atención sobre todas las cosas buenas que te pasan en la vida, sólo porque la felicidad de cada uno de nosotros depende de los ojos con los que miremos nuestra propia vida. Yo lo compro, sin lugar a dudas. Hace ya tiempo que elegí vivir mi vida así. a las personas que me rodean se lo recomiendo. No es que no tenga problemas y que todo sea fácil, es que prefiero centrarme en las cosas buenas que puedo sacar de cada una de las cosas que me pasa. Incluso de las malas. O mejor dicho, sobre todo de las malas.
La segunda es la cantidad de personas que se rebelan con comentarios contrarios a este vídeo. ¿Por qué? ¿Por qué se rebelan las personas contra los mensajes positivos? Es como si se negaran a darse la oportunidad de construir su propia felicidad. Seguramente porque si mi felicidad depende de mí, eso quiere decir que mi infelicidad ¿también? ¿Si las cosas me van mal puedo hacer algo? Lo fácil es pensar que no, que no puedo hacer nada. Tal vez sea esa la razón por la que algunas personas cierran los ojos a que mi felicidad la elijo yo... me quita responsabilidad ¿no?
en estos dias de "silencio" te he echado mucho de menos! BENTORNATA ;)
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