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"El reciclaje emocional en una reunión crea lazos". David. J. Pollay


Me han pasado este artículo y lo comparto porque me ha encantado. ¿Cuantas veces aprovecho para mandarle la mierda que acumulo a los demás?
"No somos un camión de la basura". Así a bote pronto, escuchar una afirmación tan contundente sorprende. Pero David J. Pollay, la ha convertido en su lema y se la hace repetir a los asistentes a sus charlas o a los empresarios que le piden consejo sobre cómo poner a raya la basura emocional. 
Ahora publica en España su libro Reciclaje Emocional, una guía para deshacernos de la negatividad y conquistar la ansiada felicidad en el trabajo. 
¿Pero cuánto hay de utopía y de realidad en este campo? "Cada día nos creamos pequeñas preocupaciones, cosas que realmente no son importantes. La ciencia ha demostrado que la carga diaria de toda esa basura emocional durante un largo periodo, puede crear un efecto similar al que supone, por ejemplo, un divorcio". 
Su sobredosis de optimismo parte de una experiencia que vivió hace años en Nueva York. Viajaba en taxi cuando un coche se cruzó de forma imprudente, pero el taxista frenó a tiempo y evitó el accidente. "El infractor salió del coche y empezó a insultar al taxista. Él, en lugar de devolverle los insultos, le sonrió con ternura. Cuando le pregunté por qué había reaccionado así me dijo: 'Muchas personas son como camiones de basura: van por la vida acumulando frustración y esperan la ocasión para verterla sobre ti. Hay que evitar que ocurra para que no te amarguen la existencia'". 
Terapia en la oficina 
Ése fue el inicio de una metáfora en la que cree firmemente. "Cuando estamos concentrados en cosas negativas, se nos pasan de largo las positivas". ¿Cómo escapar de ese monstruo llamado negatividad que parece engullirlo todo? "Hay tres formas: dejar atrás el pasado y no arrepentirse por lo que hicimos; afrontar los problemas y sustituir esos pensamientos negativos por otros felices". 
Lleva su terapia hasta la sala de reuniones: "Un buen jefe debería aconsejar a sus empleados que dediquen unos 30 segundos a contar algo positivo de su vida personal o de su trabajo. Este reciclaje emocional permite conocer más a nuestros compañeros, a valorar las cosas buenas y a crear lazos". 
Pollay ha trabajado en empresas como Yahoo o MasterCard, y está acostumbrado a analizar el modus operandi de los directivos: "Hay muchos jefes frustrados. Temen que su visión no sea aceptada por todos y la imponen. Los mejores líderes reconocen abiertamente los problemas". 
El escritor y economista imparte felicidad, pero es humano y, algunas veces, cae en el vertedero emocional: "Al menos una vez a la semana tengo que seguir mi ley", confiesa con una carcajada. Pollay no soporta a la gente ingrata y a la que no escucha. 
Él tiene los oídos bien abiertos y afirma que nos gusta quejarnos en exceso. "Desahogarte es positivo, pero si te excedes, te quedas a medio camino y no pasas a la acción para solucionarlo". 
Este ex alumno de Yale vivió en Málaga hace un tiempo y en un español recicladoconfiesa que le encantaría instalarse aquí. "Los españoles, en general, tienen un buen equilibrio emocional. Me encanta este país".

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