Esta mañana estaba desayunando con una amiga. Me contaba que tiene una tía mayor que cada vez que le cuentar que un amigo tiene novio pregunta "¿Es mujer corcho o plomo?"
Me ha dado qué pensar... Corcho que te ayuda, que te aporta, con quien creces. Plomo que te hunde y no saca lo bueno que tienes. Curiosa reflexión y muy acertada. La voy a tomar en mi vida.
Aunque, es verdad, que no soy corcho siempre ni plomo siempre. (Hay que eliminar del vocabulario el siempre y el nunca). Es verdad que una de las dos predomina en mi carácter. En parte, tiene que ver con como soy pero, sin lugar a dudas, tiene mucho más que ver con quien quiero ser.
¿Quiero ser el corcho de la vida de los demás o quiero ser el plomo? La respuesta es evidente, ¿no? quiero ser corcho. Es lo "bueno" dentro de las categorías que tengo en mi cabeza. No vale elegirlo en abstracto, hay que elegirlo cada día... para ser de verdad corcho y no plomo.
Pero no sólo quiero ser corcho... sino que además quiero rodearme de gente así. En la vida, me rodean muchos "plomos" de los que paulatinamente hay que ir separándose. Esas personas que no sólo no tienen actitud para vivir su vida sino que además quieren destruir la mía. Yo también he pasado épocas así, plomo... Ahora quiero aferrarme al corcho a serlo y a rodearme de él... ¿y tú?
Comentarios
Publicar un comentario