Me he dado cuenta de que muchas veces trato de evitar que nadie me defina. ¿De qué manera? Muy sencillo para evitar la "creatividad" de los que me rodean basta con decir quien soy y quien no soy.
Soy perfeccionista, buena amiga, abierto, flexible, fácil (en el buen sentido claro!)... Parece que todos los atributos que me parecen positivos los reúno.
En cambio, lo que no soy es egoísta, vago, etc.
No hay como repetir mucho las cosas. Si no convenzo a los demás, lo que si hago es convencerme a mí.
Me he dado cuenta de que es una herramienta muy útil, para protegerme de la mirada escrutadora del que tengo enfrente.
Esto plantea dos cuestiones. La primera es que lo que verbalizo me condiciona. En efecto, como soy buena amiga no puedo dejar de hacer las cosas que hacen las buenas amigas y estar siempre disponible. De alguna forma, responder al estándar que me marco me esclaviza. ¡No vaya a ser que me digan que en realidad no soy eso! Eso me resta libertad en mis comportamientos, tengo una especie de "modelo" que he construido al que debo responder para no fallarme ni fallar a los que me rodean "que esperan" que yo actúe de una determinada manera.
La segunda es que lo que digo no siempre cuadra con lo que soy, de manera que puede ocurrir que de alguna forma, engañe a mi audiencia y que no coincida lo que digo y lo que hago. Genero expectativas y que se me juzgue muchas veces por no responder a ellas. También me sirve para protegerme, me convenzo de que yo soy de una determinada manera y me limito la capacidad de adaptarme a las circunstancias.
Y es que, aunque me cueste yo soy un poco de cada cosa egoísta y generosa, manipuladora y lo contrario, buena amiga y "mala" amiga... Rápidamente, reconozco en mi los rasgos "positivos" (considerados como tales), pero no los que se consideran negativos. Cuando en el fondo, tan malo es ser excesivamente "generoso" (cuando soy incapaz de decidir lo que quiero y me empeño en hacer lo que se espera de mí, para que me quieran claro), como excesivamente "egoísta" (y hago lo que me da la gana sin pensar en nadie). En el justo medio está la virtud, y hay que aprender a no dar tanto como para que me haga daño...
Estoy trabajando el "justo medio"... ¿y tú? ¿te reconoces?
No hay como repetir mucho las cosas. Si no convenzo a los demás, lo que si hago es convencerme a mí.
Me he dado cuenta de que es una herramienta muy útil, para protegerme de la mirada escrutadora del que tengo enfrente.
Esto plantea dos cuestiones. La primera es que lo que verbalizo me condiciona. En efecto, como soy buena amiga no puedo dejar de hacer las cosas que hacen las buenas amigas y estar siempre disponible. De alguna forma, responder al estándar que me marco me esclaviza. ¡No vaya a ser que me digan que en realidad no soy eso! Eso me resta libertad en mis comportamientos, tengo una especie de "modelo" que he construido al que debo responder para no fallarme ni fallar a los que me rodean "que esperan" que yo actúe de una determinada manera.
La segunda es que lo que digo no siempre cuadra con lo que soy, de manera que puede ocurrir que de alguna forma, engañe a mi audiencia y que no coincida lo que digo y lo que hago. Genero expectativas y que se me juzgue muchas veces por no responder a ellas. También me sirve para protegerme, me convenzo de que yo soy de una determinada manera y me limito la capacidad de adaptarme a las circunstancias.
Y es que, aunque me cueste yo soy un poco de cada cosa egoísta y generosa, manipuladora y lo contrario, buena amiga y "mala" amiga... Rápidamente, reconozco en mi los rasgos "positivos" (considerados como tales), pero no los que se consideran negativos. Cuando en el fondo, tan malo es ser excesivamente "generoso" (cuando soy incapaz de decidir lo que quiero y me empeño en hacer lo que se espera de mí, para que me quieran claro), como excesivamente "egoísta" (y hago lo que me da la gana sin pensar en nadie). En el justo medio está la virtud, y hay que aprender a no dar tanto como para que me haga daño...
Estoy trabajando el "justo medio"... ¿y tú? ¿te reconoces?
Creo que lo mejor es no autoetiquetarse, ya que así como lo mencionas eso te límita, tampoco creó en un justo medio, ya que aunque parezcan iguales ninguna situación en la vida es igual, siempre habrá al menos un mínimo detalle diferente y se tiene que actuar de diferente manera.
ResponderEliminar¿Tu que crees?
Por cierto buen post el de etiquetas.
Lo del "justo medio" efectivamente también tiene truco, tienes razón... además, para ahorrar esfuerzo, como bien apuntas, simplificamos las situaciones como para que sean iguales. Estoy totalmente de acuerdo contigo. Cada situación es diferente y por lo tanto, hay que actuar de diferente manera...
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