Es una expresión que se usa mucho, que escucho mucho y que no se si acabamos de entender en la profundidad que tiene. De hecho periódicamente, se publican artículos sobre las cosas de las que la persona que va a morir se arrepiente de no haber hecho... y, en general, no se arrepiente nadie de no haber estado en el Gran Cañón o de no conocer China... se arrepiente de pequeñas cosas a las que no presto atención durante el día a día... Se arrepiente de no haber dedicado más tiempo a su familia, de no haber disfrutado más de lo que tenía... de pequeñas cosas que nos pasan desapercibidas...
¿Y porque hoy, así de repente, a estas horas me ha dado por hablar de esto? Es que he tenido un flashback... hace unos días me enteré de que una profesora del colegió en el que estudié se cayó de un caballo y está en coma, así en medio minuto... Y eso me llevó al año 1995, cuando así en medio minuto, mi hermano se cayó de un caballo y, después de dos días en coma murió. No te lo cuento para dar pena... No puedo negar que fue muy duro, y sin embargo, doy gracias por todo lo bueno que, después, aprendí en mi vida. Cuando murió mi hermano, yo tenía 21 años, y nunca le había dicho que le quisiera. ¿Para qué? Si es evidente que a tu hermano, a tu padre, a tu madre, etc. les quieres ¿para que se lo voy a decir? Tampoco me torturé por no hacerlo pero me sirvió de aprendizaje. Desde entonces, procuro no quedarme con ganas de decir nada bueno que me apetezca, tampoco me quedo con ganas de dar un abrazo a alguien que quiero, o un beso. No quiero arrepentirme de no haberlo hecho. Si en una cena me sientan con gente nueva, procuro aprovechar los ratos que me da la vida para conocer a esas personas en el momento que vamos a compartir. Lo que suele pasar, es que al principio de las cenas nadie habla y al final te quedas con la curiosidad de haberlos conocido... Si conozco a alguien que me llama la atención procuro quedar después y charlar ¿Que tengo que perder?
Hace poco leí un libro que me interesó y esta semana iba al lugar de donde era el autor. Así que decidí escribirle para conocerle. Quedamos a tomar un café y estuvimos charlando una horita. El tiempo del que disponía. ¡Me encantó!
Todo esto para decir, las miles de pequeñas cosas que no hacemos por miedo a que me digan que no, a que no salgan, etc. Son todo excusas, ojalá un día, como me pasó, algo te haga darte cuenta de que no merece la pena y tratar de CARPE DIEM... aunque a ratos a mi también se me olvida, y escucho estas cosas y vuelvo a analizar lo que estoy haciendo y me arrepiento de no estar disfrutando de todo que la vida son dos días!!!!!
Comentarios
Publicar un comentario